En la capital alemana se aplica desde junio de 2019 lo que se conoce como ley de “tope al alquiler”. Esta normativa tiene como objetivo frenar las subidas de los precios de los alquileres en Berlín durante cinco años.
Sin embargo, recientemente han salido a la luz algunos de los efectos de los que ya alertaban economistas y expertos del mercado inmobiliario antes de que entrase en vigor esta ley, liderada por el alcalde berlinés Michael Müller.
Así, la revista económica WirtschaftsWoche ha recopilado los resultados de un análisis según el cual el número de viviendas en alquiler ha caído en Berlín un 25% entre julio de 2019 y julio de este año.
El análisis cita datos del portal ImmoScout24, una plataforma de anuncios de viviendas. Así, revela que en lo que respecta a las viviendas construidas antes de 2014, la oferta ha descendido en ImmoScout24 hasta un 47,4%.
Dificultad para encontrar una vivienda en alquiler
Tras la publicación de estos datos, los medios alemanes se han interesado en saber más sobre el asunto y han entrevistado a Thomas Schroeter, responsable de ImmoScout24, quien ha asegurado “nunca fue tan difícil encontrar una vivienda de alquiler en Berlín”. En este fenómeno tiene que ver que muchas viviendas que antes eran alquiladas ahora estén en venta.
A cualquier interesado en comprar una vivienda en Berlín le puede haber pasado. Antes “el apartamento estaba en alquiler, pero ahora se vende”. En Berlín, hay caseros y empresas propietarias de viviendas que entienden que ya no sale a cuenta alquilar un piso.
En este sentido, “muchos propietarios afectados por el ‘tope al alquiler’ quieren visiblemente deshacerse de las viviendas vendiéndolas”, ha apuntado en WirtschaftsWoche. De acuerdo con los datos publicados por esta revista, en Berlín las propiedades puestas en venta han crecido respecto a julio de 2019 en un 38,8%.
En vista de que el número de viviendas en alquiler se reduce y de que crecen las que están en venta, el “tope al alquiler” no parece ser un gran favor de las autoridades berlinesas a quienes viven como inquilinos en la capital. En el mejor de los casos, es un favor para quienes están satisfechos con la vivienda que alquilan y no tienen previsto mudarse a otra casa alquilada.
