La inmobiliaria participada por Cerberus y BBVA, Divarian Propiedad, cerró el ejercicio 2020 con unas pérdidas que ascendieron a 89 millones de euros, según recoge la entidad en sus cuentas anuales. Este resultado supone casi duplicar los números rojos registrados un año antes, que fueron de 48 millones, según informa El Confidencial.
En concreto, Cerberus controla el 80% del capital de la firma y BBVA el 20% restante, participación que obliga a la entidad a incluir los resultados de la filial en sus cuentas anuales. Sin embargo, aún puede haber ajustes sobre la cifra que recoge la BBVA, algo que ya sucedió en 2019, cuando Divarian recogió en su informe anual unas pérdidas de 37,5 millones, frente a los 48 millones que había contabilizado antes el banco.
Hace tres años, las compañías crearon esta sociedad conjunta, heredera de la antigua Anida Inmobiliaria, cuando BBVA vendió a Cerberus activos inmobiliarios tóxicos con un valor bruto de 13.000 millones, que en términos netos quedaron reducidos a 5.000 millones.
Inmoglaciar también sufre
Asimismo, la otra apuesta inmobiliaria de Cerberus, la promotora Inmoglaciar, aplicó un expediente de regulación de empleo (ERE) sobre casi el 80% de su plantilla en 2020 y ha paralizado una cuarta parte sus planes de crecimiento.
En concreto, la compañía ha decidido concentrar sus esfuerzos sobre una veintena de proyectos de los 113 que tenía ya identificados. Además, ha iniciado el cierre de casi todas las delegaciones y ha puesto en marcha varias operaciones de venta de suelos.
Cerberus pretendía haber traspasado a Inmoglaciar un importante número de activos de Divarian, concretamente, suelos y promociones de la antigua Anida. Pero la situación que atraviesa impide llevar a cabo los ambiciosos planes de crecimiento del fondo.