El presidente de Sareb, Jaime Echegoyen, y el resto de los miembros de la dirección ejecutiva de la compañía han decidido renunciar al cobro de la retribución variable del ejercicio 2019, así como la que les podría corresponder en el 2020.
Los directivos lo explican como un ejercicio de responsabilidad ante la situación que está viviendo el país debido a la crisis del coronavirus. La compañía ha decidido mantener los salarios congelados para toda la plantilla para este ejercicio.
La renuncia a la remuneración variable de los principales ejecutivos de la compañía ha sido comunicada al Consejo de Administración en la sesión celebrada recientemente. “Desde nuestras particularidades como entidad nacida en la anterior crisis económica, queremos sumarnos a los esfuerzos que están haciendo las empresas y el conjunto de la Sociedad para contribuir en la búsqueda de soluciones”, ha señalado Jaime Echegoyen .
Desde la declaración del Estado de alarma, la compañía asegura que ha estado en contacto con la Administración para ofrecer diferentes activos de su cartera, tanto residenciales como terciarios y logísticos, que pudieran ser de utilidad.
Además, está reforzando sus esfuerzos para impulsar su relación con los ayuntamientos y concretar convenios de cesión de viviendas con los consistorios que puedan tener necesidades habitacionales.
Actualmente, la compañía cuenta con un parque de vivienda social de hasta 10.000 viviendas, compatible con su mandato de liquidación, de las que 7.600 estarían aún disponibles para ser cedidas.
Desde 2013, Sareb ha desarrollado un programa social que le ha permitido firmar convenios con ayuntamientos y comunidades autónomas de los que se benefician unas 9.400 personas, precisan desde la empresa.
Sareb cerró 2019 con unas pérdidas de 947 millones de euros, por encima de las estimaciones iniciales, tras registrar una caída de los ingresos del 34% hasta los 2.308 millones de euros.
