En febrero, se inscribieron en los registros de la propiedad 198.895 fincas, un 11,4% más que en el mismo mes del año anterior, según el dato publicado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El 13,2% de estas compraventas fueron de fincas rústicas.
A nivel general, en el mes de febrero, se inscribieron en los registros de la propiedad 38.709 fincas, una cifra mensual que es un 20% superior que hace 5 años y sitúan a 2022 como el mejor año en número de transmisiones durante el segundo mes del año.
Según el responsable de Cocampo, este boom por las fincas rústicas se explica por varios factores. “El reto de alimentar a una población mundial creciente y los cambios en los hábitos de consumo de la sociedad hacía una alimentación más sana se destacaban hace años como parte del potencial de la inversión en el sector agrario, la preocupación por la sostenibilidad medioambiental reforzó la atención sobre el campo, pero fue la pandemia la que terminó por despertar todo el atractivo de las fincas rústicas como activo de inversión, tanto para aquellos que buscan un cambio de estilo de vida como para los que buscan diversificación patrimonial frente a la volatilidad que han generado las diferentes crisis, como para aquellos que han encontrado en el campo español cultivos y producciones de gran rentabilidad. La última circunstancia ha sido la guerra en Ucrania que ha reactivado tendencias de producción local y la inflación, frente a la que la inversión en activos inmobiliarios agrarios es defensiva”, apunta Regino Coca, fundador de la plataforma de venta de fincas rústicas online Cocampo.
Otro de los motivos que explican este auge en la compraventa de fincas rústicas es extrapolable a todo el sector inmobiliario: su valor refugio actualmente frente a otras inversiones. «Los ahorradores y los gestores de fondos de inversión, en un contexto inflacionista, en el que el dinero pierde valor a un ritmo del 10%, deben buscar activos que recojan la subida de precios de la forma más directa posible, y el campo cumple con estas características, especialmente las explotaciones agrícolas y ganaderas. El inmobiliario rústico no solo no está sometido a menos tensiones y cambios regulatorios que el urbano sino que, además, es una excelente inversión porque partimos de precios bajos. La evolución del campo español hace que las fincas rústicas sean activos atractivos considerados como inversión alternativa, reforzando el mercado agro y nuestra posición como potencia agroalimentaria a nivel mundial”, apunta Coca.
Ventas de fincas rústicas por zonas
Por regiones, en dos comunidades autónomas hubo más de 2.000 compraventas de fincas rústicas durante el mes de febrero: Castilla y León y Andalucía, con 2.354 y 2.214, respectivamente. Tanto en Andalucía como en la Comunidad Valenciana y en Aragón la compraventa de terrenos superó a las herencias.
A nivel global, se produjeron un mayor número de transmisiones de terrenos rústicos en Castilla y Léon (6.969 propiedades), seguida de Andalucía (5.216), Castilla y La Mancha (4.586), Comunidad Valencia (4.246), Galicia (2.983) y Aragón (2.858).
Precios de las fincas rústicas
Según los últimos datos oficiales disponibles, el precio medio de la tierra para uso agrario se ha mantenido estable en los últimos años, recuerdan en Cocampo.
Así, la media del precio euro por hectárea, según los últimos datos publicados (2020), se sitúa a nivel nacional en 10.124, frente a los 10.178 euros de 2019. Por regiones, es Canarias donde el precio del suelo rústico es más elevado, 79.000, seguido de Andalucía, con una media de 19.842 euros por hectárea; Murcia, con 19.433 euros por hectárea y Comunidad Valenciana, con 19.249 euros de media.
