El año 2020 ha cerrado con unas cifras muy diferentes a las previstas al inicio del ejercio. La irrupción del coronavirus ha provocado un cambio de paradigma en el sector inmobiliario, en particular, y en la economía global, en general.
En este sentido, el Índice Registral de Actividad Inmobiliaria (IRAI) realizado por el Colegio de Registradores de la Propiedad ha confirmado que la actividad inmobiliaria se redujo un 1,5% entre octubre y diciembre de 2020.
Con este dato, la actividad inmobiliaria encadena cuatro trimestre de tasas negativas, puesto que en el primer trimestre se contrajo casi un 0,8%, en el segundo trimestre cayó un 11,6%, en el tercero descendió casi un 4,8%.
El índice -que conjuga transacciones e hipotecas inmobiliarias inscritas en los registros de la propiedad con la actividad mercantil del sector de la construcción e inmobiliario- se situó en 105,7 en el cuarto trimestre de 2020 (101,8 el trimestre anterior) y el índice suavizado, libre de factores estacionales, en 100,1 (100,6 el trimestre anterior).
Según el Colegio de Registradores, «se observa una recuperación parcial de la actividad inmobiliaria tras el fuerte descenso que tuvo lugar durante el segundo trimestre del año debido a la pandemia», cuando descendió hasta 96,9 desde 111,8 que marcó durante el primer trimestre de 2020.
Por ello, con el retroceso anotado en el último trimestre del año, «continúa pues la tendencia de recuperación, aunque el IRAI todavía permanece en un valor negativo sobre el cuarto trimestre de 2019″, señalan los registradores.
Caen las hipotecas y las operaciones
La evolución del Índice Registral de Actividad Inmobiliaria entre octubre anotó un descenso en la actividad del área de la propiedad del 1,8%, a causa de la caída del 6% en el número de compraventas y en el número de hipotecas, que se redujo un 9,5%. En este contexto, el precio de las compraventas bajó un 0,3%, mientras que el importe subió un 10,9%.
En el área de las sociedades mercantiles, se produjo un descenso del 0,8%. El sector de la construcción registró un descenso del índice del 0,5%, mientras que el inmobiliario bajó un 1,5%.
El índice se mantiene en tasas negativas desde el primer trimestre de 2020, cuando sufrió un ajuste del 0,8%. En 2017 y 2018 se produjeron crecimiento de entre el 7% y el 9%, que se moderaron en 2019 pasando a aumentos del entorno del 2%, incluso con algún trimestre de caída.
