Buenas señales del gran propietario de oficinas del mercado inmobiliario ibérico. La Socimi Merlin Properties, participada por Santander, Manuel Lao y Blackrock, ha calificado la situación actual de su negocio de oficinas como preCovid. «El nivel de actividad en el primer semestre ha sido 3.000 metros cuadrados superior a la de 2019. A día de hoy, es una situación preCovid, con una situación de equilibrio entre oferta y demanda que se mantiene», ha señalado Ismael Clemente, consejero delegado de Merlin, durante la presentación del Hub Madrid Norte.
La opinión de Merlin no es baladí. Tras hacerse con la cartera de inmuebles de Testa y Metrovacesa, la Socimi atesora uno de los mayores portfolios de oficinas en España (también posee en Portugal). Este tipo de activos supone el 53% del valor total de su cartera, unos 6.330 millones de euros, repartidos en 124 edificios.
En el primer semestre de 2020, la inmobiliaria ha firmado contratos de oficinas por valor de 187.330 metros cuadrados de los cuales casi 148.00 se realizaron entre abril y junio, los meses más castigados por el Covid-19, frente a los 45.000 de logística o los apenas 6.200 m2 de retail. En concreto, en Madrid se firmaron 122 acuerdos para alquilar sus oficinas, como la renovación de la sede de Endesa pero también con Volkswagen y la Comunidad de Madrid.
Las rentas like for like (es decir, a misma superficie) crecieron un 4% en este periodo. «Aún no se está notando en oficinas y si no cae más el consumo y el empleo, no afectará al sector terciario que somos nosotros», apunta Clemente. Según aseguró la compañía a los analistas, Merlin cuenta con más de 3.000 millones de rentas aseguradas con los contratos actualmente en vigor. Además, si se cuenta con las opciones adicionales de vencimiento, esta cifra alcanza los 5.000 millones.
Entre sus inquilinos, figuran empresas como Deloitte, Indra, Renault, Ferrovial, Abbott, Técnicas Reunidas, BBVA, ITP, Philips, Procter&Gamble, Volkswagen Audi, Covance o Medtronic, vinculadas a sectores menos penalizados por la crisis del Covid. «No tenemos clientes de turismo, ni casi Administraciones públicas; nuestros inquilinos son en su mayoría industria que no han notado tanto la crisis», subraya Clemente.
La cotizada cerró la primera mitad del ejercicio 2020 con un beneficio de 70,9 millones de euros, un 73% menos que en el mismo periodo del año anterior, debido a la desconsolidación de activos de su perímetro de consolidación, explican desde la compañía. Excluyendo los atípicos, el beneficio neto de la compañía asciende a 87,2 millones, un 30% menos que el primer semestre de 2019. En este periodo, los ingresos de la compañía fueron de 259,4 millones de euros, un 2,2% menos, mientras que el ebitda se sitúa en 184,1 millones y su deuda neta asciende a 5.167 millones.