La crisis provocada por el coronavirus no ha dejado sitio en el planeta sin afectar. Así y todo, los grandes capitales -pese a la crisis- siguen y seguirán necesitando de destinos y productos en los que invertir. España se mantiene como un país de gran atractivo para la inversión extranjera y no perderá su ADN. Aunque cierto es que ese potencial se proyectará o reducirá dependiendo de las decisiones políticas, económicas y sanitarias que se adopten; así como de los incentivos y soporte a los sectores más afectados.
Oportunidades de inversión, calidad de vida y clima: España ofrece esto y mucho más. Y es algo que no cambiará la pandemia, sino que, por el contrario, son aspectos que saldrán fortalecidos, puesto que los inversores extranjeros buscan y buscarán más calidad de vida -justamente- en destinos en los que invertir. Rentabilidad & Calidad de vida, una combinación excelente. En los últimos años, por poner un caso, nuestro portfolio de clientes ha invertido en España más de 200 millones de euros y tenemos señales de que los inversores internacionales volverán al país a buscar oportunidades en breve.
También es cierto que, aunque casi todos los estratos de la sociedad y de la economía sufrieron un parón sin precedentes, el alto entorno empresarial está habituado a padecer o experimentar crisis de todo tipo y en todas partes del mundo. Hoy se trata de una pandemia global, pero antes se vivenciaron crisis sanitarias, económicas y políticas en mercados puntuales en los que esos capitales habían hecho una fuerte apuesta.
¿Y que ha ocurrido? Pues que han sabido surfear la ola y han apostado a futuro, y han sobrellevado cada uno de los percances -más duros y más livianos- de cada una de las crisis. Dicho esto, no se trata de que ésta (la crisis generada por el coronavirus) no vaya a hacer mella en el capital inversor extranjero, pero lo cierto es que está acostumbrado, de algún modo, a batallar con inclemencias. Y de ellas, siempre se sale más fuerte.
España registró en 2019 la instalación de 4.115 startups, la mayoría de ellas ubicadas en las principales ciudades. En 2020, con crisis, con coronavirus y todas las dificultades, el flujo no ha parado. ¿El motivo? Que los profesionales y el talento internacional continúan buscando ciudades con potencial económico y humano a la vez; ciudades en las que se vive bien.
Desafíos para las empresas y profesionales extranjeros
No son pocos los retos que una empresa foránea tiene que afrontar para desembarcar en España, aunque también es cierto que son más transitables que los exigidos por otros países. En efecto, un reto fundamental para el inversor extranjero es conocer el mercado; diseñar una estructura fiscal correcta desde el inicio y configurar sin errores la organización empresarial de su negocio. Además, existe una necesidad para las empresas extranjeras de encontrar y retener talento, lo que resulta más fácil en ciudades como Barcelona o Madrid.
Creemos que, dadas las circunstancias -y pese al miedo que provoca una pandemia-, el capital extranjero -si se adoptan las medidas correspondientes para preservar decisiones de futuro y de gran calado económico-, continuará viendo a España como un destino atractivo, un hub de inversión y una plataforma de futuro, más allá del coronavirus.