La pandemia del coronavirus ha obligado a miles de compañías a implantar sistemas de teletrabajo hasta ahora poco extendidos en el país, pues antes de la crisis sanitaria tan solo un 7% de los españoles teletrabajaba, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Es el caso de la entidad bancaria ING, que este miércoles tiene previsto comunicar a sus empleados en España un plan de trabajo en remoto para que cada uno de ellos pueda elegir de manera individual si acude a la oficina o opera desde casa ‘sine die’.
El plan afecta a una plantilla de 1.400 trabajadores y contiene medidas para garantizar la desconexión de sus empleados. El banco holandés quiere diferenciar el teletrabajo del ‘todotrabajo’ que muchos han sufrido durante el confinamiento.
Entre estas medidas destacan la creación de un horario de reuniones acotado entre las 10:00 y las 16:00 horas, el límite de duración de estos encuentros a 45 minutos y la restricción al envío de correos o realización de llamadas con carácter laboral más allá de las 19:00 horas. Las franjas para comenzar a trabajar también se mantienen flexibles e irán desde las 07:00 a las 10:00 de la mañana.
Así, ING se convierte en la primera gran empresa que acelera la implantación del teletrabajo tras el coronavirus. Fuentes cercanas al grupo aseguran que la entidad ya había realizado meses antes pruebas piloto para probar este modelo, pero la crisis del coronavirus ha servido para acelerar su implantación.
Los empleados podrán escoger entre asistir todos los días a la oficina, asistir de manera parcial algunos días por semana, o mantener su actividad en casa. El plan no contempla en este sentido ninguna compensación para los empleados que decidan no acudir presencialmente como quiere instaurar el Gobierno por Ley, más allá de los beneficios que puede conllevar a nivel de conciliación para el empleado.