Indosuez, la división de gestión de patrimonios y banca privada de Crédit Agricole, y la gestora inmobiliaria Azora se han unido para lanzar al mercado la primera Socimi logística especializada en última milla.
Así, este nuevo vehículo está orientado a clientes de la entidad francesa, que ven una oportunidad de lograr rentabilidades netas del 8%-9%, según informan fuentes financieras a El Confidencial. La Socimi, que ha recibido el nombre de Milepro, prevé levantar 60 millones de euros de capital, por lo que dispondrá de 120 millones de euros.
Dado que se constituirá como Socimi, cotizará en el BME Growth (antiguo MAB). No obstante, la nueva firma tiene un esquema inversor propio de los fondos de capital riesgo, con un horizonte temporal de seis años prorrogables por otros dos.
En concreto, Milepro es la segunda aventura conjunta de Indosuez y Azora, pues en el verano de 2019 ambas compañías lanzaron la Socimi Adriano Care, especializada en residencias de ancianos y con una capacidad de inversión de 250 millones de euros. Además, en este vehículo también participa Banca March.
Operaciones en España y Portugal
El banco francés y la gestora española prevén tener levantado el capital en abril, para poder cerrar así sus primeras inversiones antes de verano. La Socimi operará en España y en Portugal, con el foco puesto en Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao, Valencia, Lisboa y Oporto.
La apuesta por las grandes capitales responde a la necesidad que hay en ellas de rápido abastecimiento y a una lógica inversora, ya que al estar en grandes núcleos urbanos, la inversión es, a priori, más atractiva.
El sector logístico ha demostrado ser uno de los segmentos más resistentes a nivel nacional en 2020, un ejercicio marcado por el fuerte impacto de la crisis del Covid-19. Y dentro del ‘boom’ de la logística, la última milla se ve como el activo con mayor potencial.
En total, el sector logístico cerró el ejercicio 2020 con la contratación de más de 970.000 metros cuadrados en Madrid, lo que supone un aumento interanual del 74%. Por el contrario, en Barcelona se absorbieron 415.000 m2, un retroceso del 30% con respecto al año anterior, según datos de Knight Frank.