El sector hotelero ha sido fuertemente castigado por la crisis del Covid-19, con una caída de los ingresos de 44.000 millones de euros hasta julio, un impacto que tendrá una consecuencia directa en sus activos inmobiliarios que, tras haberse paralizado prácticamente su mercado de inversión, serán protagonistas de operaciones en los próximos meses.
Así lo aseguran los expertos consultados por Deloitte, entre los cuales, un 40% prevé que los inversores se centrará en comprar compañías o activos con presión financiera y un 22% opina que el inversor pondrá el foco en la adquisición de deuda existente o en la aportación de deuda a compañías o a vehículos tenedores de activos, señala Expansión. Además, un 19% cree que que muchas de las operaciones se centrarán en el reposicionamiento de activos con potencial de mejora.
Respecto a la recuperación del sector, la mayoría estima que la recuperación llegará en los próximos 12 a 28 meses en el caso de las islas (con un 62% de los encuestados) y peninsulares (53%), mientras que se tardará más en el caso de los destinos urbanos, con un 75% de las respuestas que creen que en este segmento la normalidad tardará en llegar entre 18 y 24 meses. Por último, un 58% considera que el segmento MICE (congresos, convenciones, incentivos y eventos) tardará más de 24 meses en recuperarse.
En el sector creen que la pandemia tendrá consecuencias en los contratos entre propietarios de los activos y sus gestores. Así, un 32% de los encuestados por Deloitte creen que las estructuras variables (pago en los alquileres en virtud de la evolución del negocio) ganarán protagonismo, y un 30% cree que la propiedad se consolidará en manos de grandes grupos o inversores y se diferenciará cada vez más la propiedad de la gestión.