Las incidencias por impago en el alquiler comunicadas por los arrendadores aumentaron un 380% durante el estado de alarma, según datos de la plataforma de monitorización de rentas de Fichero de Inquilinos Morosos (FIM).
A partir de la tercera semana de marzo, coincidiendo con la limitación de la movilidad de los ciudadanos, las incidencias reportadas por los arrendadores se duplicaron respecto a la semana anterior.
«Con el estado de alarma y la obligación de los ciudadanos a confinarse, se incrementó la incertidumbre en el terreno laboral y personal, provocando impagos y retrasos en los pagos», afirma FIM, que también asegura que no fue hasta la primera semana de abril cuando se apreció la incidencia del coronavirus en el pago de los alquileres.
En este sentido, el director de estudios y calidad de FIM, Sergio Cardona, ha señalado que el hecho de que «un arrendador comunique que no ha recibido el cobro de su alquiler, no tiene porqué suponer que sea un impago», ya que también puede deberse a un retraso en el pago de la renta ocasionado por las dificultades económicas y laborales por las que están pasando muchos inquilinos.
Preocupación de los propietarios
Asimismo, ha incidido en que las notificaciones de falta de cobro alcanzado su máximo anual en la segunda semana del mes de mayo, cuando el 17% de los arrendadores notificaron que no habían cobrado su alquiler. Estos datos, según Cardona, demuestran que, aunque el Gobierno aprobase créditos, «son muchos los propietarios que están viendo cómo sus inquilinos o no tienen la capacidad de pago o no hacen frente a sus obligaciones sin haber comunicado un motivo».
Asimismo, Fichero de Inquilinos Morosos ha asegurado que se ha disparado la preocupación de los propietarios a sufrir un caso de morosidad en su vivienda de alquiler. De hecho, 8 de cada 10 creen que pueden correr riesgo de sufrir impago en su inmueble.
«Desde el segundo semestre de 2018 hemos visto como el temor de los propietarios ha tenido una tendencia alcista, pero el dato registrado en los últimos seis meses es el más alto de la serie histórica», señala Cardona. Este temor, según FIM, ha llevado a muchos profesionales y propietarios a reunir «la máxima información posible sobre los interesados por el inmueble».