El proyecto, asesorado por las consultoras y auditoras Ernst & Young y PwC, tiene una fuerte «vocación de expansión internacional», según han informado este lunes ambas compañías en una nota de prensa conjunta.
Las más de 21.000 habitaciones que aglutinan los 100 establecimientos (Be Live, de Globalia y BlueBay), la mayoría de categoría 4 y 5 estrellas, se sitúan en más de 15 países. Cuba, Portugal, Marruecos o Colombia son los países donde mayor implantación poseerían.
Estos enclaves se unirían a los principales destinos vacacionales de España, República Dominicana o México, según el comunicado. Globalia no ha dado más datos acerca de la situación en la que se encuentran las negociaciones. En mayo, se supo que la familia Hidalgo había encargado a EY el sondeo del mercado para desprenderse de la cadena Be Live, que gestiona 34 hoteles y está valorada en 500 millones de euros.
El anuncio llega en un momento en el que las previsiones para el sector turístico no son nada halagueñas, y empeoran a medida que se producen nuevos rebrotes y más países empeoran las condiciones de salida o llegada de sus ciudadanos. Y ello, a pesar de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó en junio un plan para la reactivación del sector turístico con 4.250 millones de euros y cinco líneas de actuación.
Operaciones pendientes
Además del proyecto con BlueBay, Globalia tiene pendientes otras dos operaciones, la primera de ellas la compra de Air Europa por parte de Iberia, la cual está siendo renegociada.
Y en paralelo, el proceso de fusión de las agencias de Globalia y Barceló ha sido congelado hasta el próximo otoño por mutuo acuerdo, después de que ambas compañías acordaran darse tiempo para ver en qué condiciones quedan sus negocios tras la crisis pandémica.
