La compra de Quabit por parte de Neinor Homes. La operación de Áurea Homes y Aedas. La adquisición de Elix Residencial por parte de Allianz. O la última: la compra de Asentia por parte de Urbania.
¿Qué tienen en común todas ellas? Se trata de operaciones corporativas cuyo componente principal es el creciente interés por la vivienda como inversión institucional en España.
«Los grandes inversores optan por compras de sociedades para aprovechar las ventajas fiscales», explica Mikel Echavarren, consejero delegado de Colliers España, firma asesora de la venta de Asentia. «En este caso, se trata de una operación que iniciamos hace más de tres años. En este tiempo, hemos vendido los activos que tenían más demanda, sobre todo del área del alquiler, y así nos desprendimos de los suelos de Valdebebas y Terrasa, y transformamos un portfolio variopinto en uno unificado y que con el tiempo ha mejorado», agrega.
La operación de Urbania no fue la única compra corporativa residencial en el día de ayer. También la cotizada Urbas anunció la adquisición de la promotora vasca Jaureguizar. «En este caso, la transacción obedece a un doble interés; por un lado, la apuesta de Urbas por crecer en inmobiliario y construcción a través de adquisiciones y, por otro, la intención de Jaureguizar de ordenar la sucesión en la empresa», señala otra fuente del sector.
Furor por el build to rent
Estas transacciones entre compañías se suman a la oleada de compras de activos en alquiler -a través del fenómeno PRS o build to rent- , que han elevado la inversión inmobiliaria en España por encima de las estimaciones iniciales y que sitúan al residencial -junto al hotelero- como el causante de esta grata sorpresa.
Tan solo en el primer semestre, la inversión en residencial en alquiler en España alcanzó los 1.000 millones de euros, según Savills AN. Entre las últimas transacciones, figuran las protagonizadas por Greystar, Aberdeen, Sarasin Sustainable Properties, Patrizia, Lar y QLiving.
«Tradicionalmente, los promotores tienen más margen con la venta retail -al cliente final-, pero la venta a institucionales aporta un socio a futuro, que facilita la visibilidad futura de ventas y la obtención de financiación. Claramente el mercado del alquiler se va a institucionalizar pero no todo el producto será destinado al alquiler. Adicionalmente, ante la escasez de suelo, se están produciendo alianzas directas con compradores futuros, incluso en suelos que aún no son finalistas”, explicaba hace días Alberto Valls, socio responsable de Real Estate en Deloitte.
Próximas operaciones
Si en estos tres primeros trimestres de 2021, las operaciones de inversión inmobiliaria se han disparado, especialmente en los segmentos mencionados, en las previsiones para los próximos meses no parece que vaya a haber freno.
«Las operaciones corporativas que tienen sentido ahora mismo son de promotoras pequeñas y medianas que tengan suelo residencial y que haya accionistas o fondos de salida», augura el socio de Colliers.
Se trata de transacciones de un importe de entre 30-60 millones de euros; mientras que las grandes compras corporativas tendrán que esperar algo más, apunta Echavarren. «Las grandes operaciones corporativas las veremos en dos o tres años. Principalmente de aquellas grandes compañías que no han podido salir a Bolsa, ya que salir ahora al parqué, cuando la cotización de las promotoras está por debajo del valor de los activos, no tiene sentido».
Hoteles, la «sorpresa de la inversión»
Así, según un reciente estudio de la firma EY, los inversores preparan compras inmobiliarias en España por valor de 8.126 millones de euros.
Un volumen dedicado exclusivamente a activos no residenciales y donde el hotelero emerge con fuerza, tras los meses duros vividos por la crisis del Covid-19. Por tipología de producto, serán los hoteles el producto estrella de las próximas operaciones inmobiliarias, según EY. En concreto, el segmento hotelero representará el 31% del volumen transaccional total y el 65% de las operaciones, que llevarán aparejadas necesariamente de un proyecto de rehabilitación.
«El volumen de inversión residencial y también el hotelero nos van a dar una sorpresa. Todo se veía fatal con la crisis del Covid y ahora se están cerrando muchísimas transacciones hoteleras«, apunta Echavarren.
Entre las últimas compras en el segmento hotelero, figura la de Ikos Resort, por 110 millones en Mallorca, los hoteles NH Calderón y Hesperia Presidente, así como la operación corporativa del grupo Selenta, adquirida por Brookfield.