El principal indicador de las hipotecas, el euribor a un año, se ha desplomado en los últimos cuatro meses, hasta el -0,352% (media provisional de agosto). Un porcentaje prácticamente similar al mínimo alcanzado en verano del ejercicio pasado, debido a las malas perspectivas económicas.
El descenso se produce en cualquier caso en un momento de temor en los potenciales compradores al endeudamiento: los créditos hipotecarios, que representan la mayor parte del total de la deuda de las familias, se situaron en 512.757 millones de euros en junio, con un retroceso mensual del 0,2% e interanual del 2%. Y los bancos también andan mirando de reojo el previsible aumento de la morosidad.
La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 ha afectado también a este indicador. Tras un primer semestre en el que cotizó siempre por debajo del -0,250%, el euríbor sufrió una subida importante con la llegada de la pandemia, aumentando su cotización desde el -0,266% de marzo hasta el -0,108% de abril y el -0,081% de mayo.Esta coyuntura sufrió un vuelco en junio (-0,147%), con un descenso de -0,279% en julio y, a la espera de que cierre agosto, los expertos reducen las posibilidades de que se produzca otro repunte abrupto en lo que queda de año.
