El mítico Teatro Barceló protagoniza una de las ventas más destacadas de este verano en la capital. El empresario Pedro Trapote ha vendido la propiedad por 24 millones de euros, aunque seguirá operando la épica discoteca. Según El Periódico de España, Trapote ha firmado un contrato de alquiler del espacio que tendrá validez durante los próximos veinte años y, además, cuenta con la opción de recompra durante el próximo lustro.
El Teatro Barceló, reconocido por sus grandes sesiones de fiesta nocturna y por ser un referente de la movida madrileña, cuenta con 32.000 metros cuadrados y una ubicación excelente en el número 11 de la madrileña calle Barceló. Tras reabrir sus puertas tras una reforma este mismo año, Trapote ha cerrado la compraventa del inmueble, un activo que el cuñado de Felipe González adquirió en 1996.
Hasta que se rompiera el acuerdo en 2013, el teatro acogió los eventos de la firma Pachá. Desde entonces, la discoteca ha funcionado con normalidad e incluso ha sido la localización favorita para la realización de las primeras fiestas del nieto del Rey, Felipe Juan Froilán.
Trapote, desvinculado ya completamente del ocio nocturno, deja el alquiler de la sala a Pablo Trapote, su hijo. Además de este negocio, también se habría hecho con otra gran sala de la noche de la capital, Joy Slava. Actualmente, la apuesta del conocido empresario se centra en la Churrería San Ginés, un negocio típico español que Trapote ha expandido al extrajero.
Quienes adquieren el activo son las familias Nieto Jiménez y Jiménez Blázquez, dueñas de la firma de floristería Mon Parnasse, que han canalizado la operación mediante la sociedad Azurea Inicial. Los apoderados solidarios que figuran en la empresa son Andoni Nieto García y Mónica Morales Jiménez.