El Corte Inglés y Adif acuerdan una nueva prórroga, la cuarta, del último pago que tiene que realizar el grupo de grandes almacenes por el solar que compró a la empresa estatal y que está situado junto a su centro comercial de Castellana en Madrid, según informa Expansión.
La parcela salió a subasta en 2014 y fue adjudicada a El Corte Inglés por un total de 136 millones, mientras que el contrato de compraventa se firmó el 25 de enero de 2015. Fue entonces cuando El Corte Inglés realizó el primer pago de 68 millones por la parcela, con una edificabilidad de 10.176 metros cuadrados sobre rasante en tres alturas (planta baja más otras dos) con uso comercial y 17.128 metros cuadrados bajo rasante en tres sótanos con un uso de aparcamiento.
El segundo pago, por el 50% restante, se abonaría “tras la firma de la escritura pública una vez realizada la inscripción registral de la parcela de resultado con la edificabilidad que le sea inherente y en un plazo máximo de tres años a contar desde la transmisión de las edificabilidades”, señalaba el contrato.
Varias prórrogas
Las cuentas de Adif, publicadas ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), indican que en 2018 y 2019 tanto El Corte Inglés como la empresa estatal acordaron varias prórrogas, finalizando el plazo de la última el pasado mes de junio, según los estados financieros de Adif, pero ambas compañías han vuelto a firmar una prórroga más hasta final de año, según indican fuentes financieras.
El motivo es que la premisa para la realización del último pago de 68 millones, es decir, la firma de la escritura pública tras la inscripción registral de la parcela, aún no se ha cumplido y por tanto no se dan las condiciones acordadas para realizar el desembolso.
La adquisición por parte de El Corte Inglés del solar de Adif situado frente a su edificio de Castellana, y que actualmente está ocupado por un aparcamiento, tenía como objeto ampliar el centro comercial que más vende del grupo de grandes almacenes.
Sin embargo, los planes del grupo se han visto aplazados por el retraso sufrido para obtener todos los permisos municipales, algo que no ocurrió hasta más de tres años después de la subasta, así como por los cambios en el proyecto tras declararse como bien de interés la Torre BBVA, junto al solar, lo que afectó a la edificabilidad.