
Una de cal y una de arena. El BCE que dirige Christine Lagarde ha empeorado las previsiones de caída del PIB para la Eurozona este año hasta el 8,7%, al tiempo que amplía en nada menos que 600.000 millones la dotación para el Programa de Compras de Emergencia para Pandemias (PEPP).
En total, serán 1,35 billones de euros, para hacer frente entre otras cosas, a las deudas de los países más castigados por la pandemia –como Italia y España– y los elevados gastos derivados de la pandemia
El organismo eso sí, da un respiro al señalar que cree que la crisis de la economía «ha tocado fondo y comenzará a recuperarse en la segunda mitad del año». Por si acaso, el organismo ha aprobado extender las compras de dicho programa hasta junio de 2021, como mínimo, o hasta que acabe la crisis por el Covid-19, en lugar de finales de este año como también indicó en su creación.
“Hemos decidido un conjunto de medidas se política monetaria para apoyar la economía durante la reapertura gradual y para proteger la estabilidad de precios a medio y largo plazo”, ha afirmado la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
Duro pronóstico para el PIB
Pero en paralelo el Banco Central Europeo (BCE) pronostica un desplome económico récord debido al impacto del coronavirus, que irá seguido de una recuperación incompleta en 2021 y 2022.
Según sus últimas previsiones hechas públicas este jueves, la eurozona se contraerá este año un 8,7%, con un rebote parcial del 5,2% en 2021 y del 3,3% en 2022. Pero en el peor de los escenarios, el hundimiento podría llegar hasta el 12,6% en 2020, en cuyo caso la recuperación posterior sería mucho más lenta, avisa el BCE