Grosvenor Real Estate, filial española del brazo inversor en inmobiliario de la familia Westminster, presentó al cierre de su último ejercicio unas pérdidas por valor de 619.702 euros y un patrimonio neto negativo de 173.487. El fondo de maniobra también es negativo, -339.963 euros.
Esto ha obligado a la sociedad matriz a inyectar a su filial española casi 4 millones de euros, a través de aportaciones dinerarias y condonaciones de deuda. Además, realizaron una ampliación de capital de 250.200 euros.
Grosvenor RE ingresó, en 2020, 2,2 millones, frente a los 1,16 millones que recibió en 2019. En ese ejercicio también declaró pérdidas por valor de 1,55 millones. Dispone de deudas con acreedores de 1,12 millones.
Grosvenor también desvela en estas cuentas que se están realizando una investigación fiscal de sus cuentas de los últimos cinco años. En la documentación presentada al Registro Mercantil señalan que esperan que no haya cargos económicos contra ellos. La empresa debe a la Administración 165.594 euros.
Últimos proyectos
En 2017, el grupo británico Grosvenor puso en marcha su primer proyecto residencial en España, tras años trabajando en este mercado, a través de diferentes joint-ventures. Se trataba de Jorge Juan 53, un proyecto que formaba parte de una alianza con la firma asiática Amcorp. Firmada en julio de 2016, ambas compañías se comprometían a invertir en una primera fase 70 millones de euros.
A principios de 2021, culminaron la reconversión a pisos de un edificio de oficinas en Modesto Lafuente (Madrid). En total, rehabilitó activo de 12 apartamentos y 2.000 metros cuadrados. Estas vivienda, entre tres y cuatro dormitorios, disponen entre 140 y 230 m2 cada una, además de un duplex en la planta baja.
También, dispone de tres promociones de lujo en el barrio de Chamberí: la esquina de General Arrando, Modesto Lafuente 26 y García de Paredes 4.
El patrimonio de la empresa a nivel europeo, a cierre de 2019, es de 1.900 millones de libras (al cambio, 2.215,1 millones de euros).