Las compraventas de vivienda de obra nueva crecen a mayor ritmo que las de vivienda de segunda mano, según ha informado este miércoles Sociedad de Tasación.
En concreto, durante los 10 primeros meses del año pasado, las transacciones de vivienda nueva experimentaron variaciones interanuales positivas de hasta el 39%, frente a la vivienda usada, que registró un crecimiento menor del 35%.
En cuanto a los precios, los de la vivienda nueva suben sin necesidad de un incremento significativo en el volumen de compraventas, «posiblemente porque existe una oferta limitada de obra nueva y una demanda acelerada de la misma, que provoca que todo lo que se construye se vende con rapidez», según han explicado desde la empresa de servicios de valoración de activos.
Esta tendencia, sin embargo, no se aprecia en el caso de la vivienda de segunda mano, donde el precio sube al mismo tiempo que lo hace el volumen de compraventas.
Además, ST ha indicado que «el ciclo alcista del precio medio de la vivienda debería agotarse en 2023 si se cumpliera la tendencia habitual de ocho años consecutivos de crecimiento».
No obstante, hay una serie de variables que podrían favorecer que el ciclo se alargue más en el tiempo, tanto en la obra nueva como en la vivienda usada.
En el primer caso, los principales factores que se deben tener en cuenta son la falta de stock disponible, sobre todo en zonas como Madrid o Barcelona, una demanda más acelerada que la oferta, el aumento de los costes de construcción y la falta de mano de obra. En el caso de la vivienda de segunda mano, el impacto de los fondos Next Generation es la variable más determinante, según han apuntado desde la compañía de servicios de valoración de activos.
Por último, Sociedad de Tasación ha señalado que «el aumento generalizado y sostenido de los precios también afecta al real estate, y puede tener un impacto directo sobre la intención de compra» de inmuebles. «Su evolución alcista en 2022 podría espolear, a su vez, una subida de los tipos de interés y, al mismo tiempo, neutralizar la posición del inmobiliario como un valor refugio frente a otras alternativas de inversión», ha concluido.