Un impacto muy limitado en el negocio de la compañía. Así ha cifrado Colonial las consecuencias de la pandemia del Covid-19 en su negocio inmobiliario, focalizado principalmente en el alquiler de edificios de oficinas de Madrid, Barcelona y París.
La Socimi ha reaccionado frente a la crisis analizando sistemas de diferimiento y bonificaciones para sus inquilinos afectados por el cierre de sus negocios durante el estado de alarma, según ha señalado Juan José Brugera, presidente de Colonial, durante la celebración de la junta general de accionistas.
En total, las bonificaciones de rentas concedidas hasta el momento suman siete millones de euros. A cambio de esta modificación en las condiciones de pagos, Colonial ha elevado la duración de los contratos, señalan desde la compañía.
Una decisión que aún no se refleja en los resultados del primer semestre que la compañía presentará en los próximos días, según ha avanzado su presidente. En el primer trimestre, Colonial obtuvo un beneficio neto atribuible de 32 millones durante el primer trimestre de 2020, un 39% más respecto al mismo periodo del año anterior. Los ingresos por rentas ascendieron a 86 millones, cayendo un 1,1% interanual, debido a las desinversiones en activos no estratégicos.
Para todo el ejercicio 2020, Colonial prevé que esta renegociación de rentas contraiga levemente sus ingresos por alquileres. «El impacto que puede suponer las renegociaciones de las rentas será inferior al 2%«, ha asegurado Pere Viñolas, consejero delegado de la Socimi a sus accionistas. El primer ejecutivo de la compañía también ha desvelado que en las facturas del mes de abril y mayo apenas ha habido impagos.
Medidas anti-Covid
Además de las renegociaciones con algunos de sus inquilinos, Colonial ha puesto en marcha otra serie de medidas para paliar los efectos de la crisis del Covid.
En el área financiera, la Socimi ha emitido deuda a través de su filial francesa SFL por valor de 500 millones de euros. «Nuestro nivel de endeudamiento, Loan To Value (LTV), es del 36% y nuestro nivel de liquidez ascendía a 1.900 millones de euros al cierre del primer trimestre que junto al préstamo sindicado firmado en abril se sitúa ahora visto por encima de los 2.000 millones», explica Brugera.
En el lado de proyectos, la compañía ha optado por parar inversiones por valor de 60 millones de euros. «Hemos retrasado programas de inversión en particular, el proyecto de Méndez Álvaro en Madrid que no se hará este año y se retomará posteriormente», subraya Viñolas.
