A pesar de que es sabido que el mercado inmobiliario no descansa y se encuentra activo los 365 días del año y las 24 horas de cada uno de éstos, el verano es la época del año en la que más particulares se plantean la posibilidad de comprarse una segunda vivienda, debido, en parte, por la preferencia de los españoles a comprar en zonas costeras en lugar de alquilar, peculiaridad compartida con países como Turquía, Polonia o Grecia.
Según los últimos datos publicados por el Consejo General del Notariado, este pasado mes de junio se vendieron 64.877 viviendas, es decir, un 71% más que el mismo mes de 2020, una cifra no alcanzada desde junio de 2010.
Alguna de las razones que explican esta evolución son el optimismo por el avance de la campaña de vacunación, la llegada de las ayudas europeas o las múltiples opciones de movilidad que ofrece el teletrabajo, pero otras tienen más relación con la llegada de la época estila estival, uno de los momentos idóneos para poner en marcha proyectos que dilatamos a lo largo del año por la escasez de tiempo.
Y es que la zona costera en España sigue manteniendo su atractivo, tanto para público nacional como internacional (aunque actualmente de forma más contenida por las restricciones internacionales, aunque con claros visos de una incipiente recuperación); suponiendo que el 65% de segundas residencias en España están ubicadas en zonas costeras: costa peninsular, islas y el litoral mediterráneo.
La compra de una segunda residencia es un motivo de ilusión, que también requiere de un proceso de planificación y, según observan desde eXp, tan solo con seguir los siguientes 5 consejos podremos asegurar que una operación tan emocionante no se vea nublada por una mala experiencia:
Plantear la búsqueda de casa como una gran aventura familiar: el tiempo libre del que se dispone en verano permite una mayor movilidad y afrontar una búsqueda sin que el estrés o las prisas erijan nuestras decisiones. Además, si lo afrontamos como un proyecto a realizar en familia, además de disfrutar de momentos únicos que las rutinas habituales no lo permiten, la nueva vivienda siempre será recordada por un verano excepcional y un logro en común gracias a todos los recuerdos ocasionados durante la vivencia.
Ser realista con los precios: no debemos presuponer que, por el mero hecho de ser época estival, encontraremos grandes gangas en el mercado. Es importante recordar que la pandemia no ha conllevado una bajada de precios en el mercado inmobiliario mundial y, además, el incremento del volumen de compraventas y los bajos intereses se han traducido en el alza de los precios de la viviendas y más en zonas costeras. Según fuentes del mercado el precio de las residencias costeras subió un 0,5% durante el último año, por lo que es importante ajustar las expectativas para evitar un desengaño futuro.
Buscar la asesoría de un buen agente: un agente local y con conocimiento detallado del mercado ayudará a aclarar la búsqueda y realizar los trámites legales oportunos que requiere una correcta compraventa exenta de riesgos. Además, la inmediatez que ofrecen ahora las nuevas tecnologías permitirá estar conectado en remoto con los profesionales en todo momento, sin necesidad de llevar a cabo desplazamientos. Contar con asesoría experta siempre es la mejor opción, ya que, incluso puede que nos descubra opciones que quizá no contemplábamos.
Pensar en la hipoteca antes que en vivienda: si la opción del pago al contado no entra dentro de las opciones contempladas, es importante realizar un pre análisis hipotecario que permita conocer los plazos y las condiciones más favorables para el tipo de vivienda que queremos adquirir. Además de evitar frustraciones futuras, disponer de un crédito preaprobado aumenta las posibilidades de que el potencial vendedor acepte de buen grado la oferta y la negociación parte de un mejor punto de salida. También, el tiempo de escritura se reducirá y los plazos serán más cortos.
Tener presente el gasto y los esfuerzos que conlleva el mantenimiento: esta cuestión es especialmente relevante en el caso de una segunda vivienda. No tener en cuenta el gasto futuro que representará el mantenimiento de las zonas comunes, piscina u otros servicios, puede conllevar a gastos imprevistos en el futuro. Es también una de las casuísticas más observadas de futuras ventas por debajo del precio al tener que lanzar al mercado una vivienda con daños generados debido a la falta de mantenimiento. De nuevo, contar con un agente local será muy útil para tener presente una estimación real previa a la operación.
Es probable que este verano dos factores lleven a la población a incrementar la búsqueda de una segunda vivienda: la demanda reprimida de todos estos últimos meses y una mayor e innegable necesidad de abandonar -cada vez más- los núcleos urbanos; por lo que, no olvidemos que las prisas son malos aliados ante las buenas decisiones.