Un decreto ya aprobado por la Generalitat regula esta nueva fórmula de vivienda a modo de coliving, que está pensada para «acoger a determinados colectivos como jóvenes, personas mayores o expatriados para luchar contra la emergencia habitacional», precisan fuentes del Ejecutivo.
El consejero de Territorio, Damià Calvet, detalló ayer a los medios que los nuevos alojamientos tendrán una superficie útil mínima de 24 m2, a los que se sumarían 12 m2 más por las estancias comunes. Con ello, sumarían los 36 metros cuadrados que fija el decreto de habitabilidad de la Generalitat.
La idea no es nueva. María Antonia Trujillo, ministra de Vivienda hasta 2006 con el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, planteó en su día la idea de pisos de 30 a 45 m2, entonces llamados minipisos. Su objetivo era que el Plan de Vivienda nacional estableciera la construcción de casas con rentas de alquiler por debajo del mercado: 30 metros cuadrados a 195 euros de 2006 para una persona.
Con base jurídica
La normativa deberá ser discutida en el Parlamento, pero ya establece las bases jurídicas para que estas viviendas con baño, cocina y comedor en su interior tengan estancias comunes y que puedan ser construidas por operadores públicos y empresas privadas en suelo residencial y también de equipamientos.
Fuentes del sector no descartan que se destinen al alquiler, un mercado refugio para los operadores desde hace tiempo, y que cobra cada vez más importancia ante la dificultad de acceso a la compra, sobre todo por parte de los jóvenes.
En el caso de que la promotora sea pública los precios los fijará la Administración, mientras que si los construye un privado será la ley de contención de los precios del arrendamiento los que fijen las rentas mensuales. Se lda la circunsrnacia de que la norma está recurrida por el Tribunal Constitucional.
El director de Qualitat de l’Edificació i Rehabilitació de l’Habitatge de la Agència de l’Habitatge de Catalunya, Jordi Sanuy, describió ayer cómo serían estas minicasas. «Tendrán en su interior cocina, baño y comedor, disponer de habitaciones o tener un solo ambiente; se trata de que sean viviendas inferiores a 36 metros cuadrados, que tienen los servicios de los que debe disponer una residencia normal, pero lo que se hace es fomentar que algunas dependencias sean en espacios comunes”, detalló sobre los servicios comunes.
La idea de levantar complejos de vivienda está sirviendo de negocio refugio ante la crisis para operadores de hoteles y residencias de estudiantes, así como promotores de vivienda. Por ejemplo Corestate, el fondo luxemburgués, preveía levantar un apartahotel orientado a viajes de negocios en Las Tablas. Sin embargo, la pandemia ha hecho que la firma se decante por un edificio de coliving con 210 apartamentos, que estará listo en 2022.