
Cataluña se perfila en 2025 para alcanzar la mayor recaudación por impuestos inmobiliarios desde los años del boom del sector en España -principalmente entre 2005 y 2007-, cuando el país vivió una burbuja inmobiliaria generalizada.
Según el último informe mensual de ejecución presupuestaria de la Generalitat, correspondiente al mes de agosto, en los ocho primeros meses del año la Administración catalana ingresó 1.656 millones de euros por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) y otros 578,4 millones por el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD).
Estas cifras suponen un aumento del 19% en la recaudación del ITP respecto al mismo periodo del año anterior, mientras los ingresos por AJD se incrementaron un 26,5% en comparación con los ocho primeros meses de 2024.
El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales se aplica a la compra de viviendas de segunda mano, mientras el de Actos Jurídicos Documentados grava la formalización de préstamos hipotecarios.
Aunque estos dos tributos son los más relevantes, la Generalitat de Cataluña también incluye el Impuesto sobre Operaciones Societarias entre los gravámenes vinculados al sector inmobiliario, una figura que aportó 9,1 millones de euros hasta agosto, un 8,9% más que en el mismo periodo del año anterior.

