
El Banco de España estima que la economía logró crecer en torno a un 16% en el tercer trimestre del año y descarta otro gran confinamiento, pero no cree que los niveles precrisis se logren al menos hasta 2023, según el último informe trimestral de la entidad.
“Contemplamos dos escenarios alternativos”, explicó en su presentación el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, para los que argumentó que “a finales de 2022, en ninguno de los casos habríamos recuperado los niveles previos a la crisis”. “En las últimas semanas hemos detectado señales de ralentización y agotamiento en la recuperación”, advirtió el directivo.
Y en este contexto, el BdE precisa que la inversión en vivienda ha acusado «de modo significativo» el impacto del Covid-19 por diversas vías.
Recuerda que el confinamiento introdujo, entre marzo y junio, limitaciones tanto a la actividad de las ramas de la construcción como a las operaciones de compraventa, y precisa que la demanda de vivienda se habría visto afectada, de manera más duradera, por el aumento de la incertidumbre y el debilitamiento de las expectativas de renta futura de los hogares por el deterioro del empleo.
Normalización
No obstante, espera en la segunda mitad del año un incremento de la inversión en vivienda asociado a la progresiva normalización de las cifras de compraventas e iniciaciones de vivienda, una vez levantadas las restricciones a la movilidad, así como a la materialización de algunas decisiones de compra postergadas por el confinamiento.
De hecho, ya se aprecia una cierta reactivación de la producción de demanda nueva. Aunque, -explica- que «la recuperación será incompleta, particularmente mientras persista el actual contexto de incertidumbre».
Hay que recordar que desde el final del segundo trimestre, el consumo privado se ha visto impulsado por la materialización de las decisiones de compra pospuestas durante el confinamiento y por determinadas medidas, como las ayudas a las familias en situación vulnerable o a la compra de coches. En un futuro, -explica el Banco de España_- el gasto de los hogares tenderá a verse apoyado por el descenso gradual de la incertidumbre acerca de la evolución de la situación sanitaria».

Los escenarios
El organismo supervisor identifica el escenario 1 como el más positivo, y supondría una recuperación gradual en la que las medidas para contener los rebrotes tendrían un impacto limitado en la actividad económica. Así, el impacto se concentraría en ocio, hostelería y otros negocios vinculados al turismo, con una afectación solo indirecta en el resto de sectores. Como resultado, el PIB retrocedería un 10,5% este año y repuntaría un 7,3% en 2021.
El escenario 2, que contempla una mayor intensidad de los rebrotes del virus, se teme un impacto más agudo, consistente y generalizado, de nuevo con más incidencia en los servicios pero con una merma significativa en el resto de la economía que se extendería al arranque de 2021. En este caso, el desplome de la economía española en 2020 sería del 12,6% y el avance de 2021 sería del 4,1%.
A ello hay que añadir la vinculación de la banca con este mercado; Moody’s ya advirtió en junio que los efectos de la crisis del Covid-19 deprimirán los precios de la vivienda durante los próximos 12 a 18 meses, la demanda sufrirá una caída significativa y los bancos deberán afrontar mayores impagos.
Por su parte, Deloitte pronostica que este mercado tendrá que enfocarse en las acciones para disminuir los gastos operativos y velar por el mantenimiento de sus activos y evaluar los posibles escenarios para este sector, una vez que la pandemia haya pasado.