
La operación de fusión de CaixaBank y Bankia (herederas de las antiguas cajas de ahorros Cajamadrid y La Caixa) dará lugar al primer banco del mercado español, tanto por volumen de activos como por red de oficinas, pero generará sin duda una reducción obligada de costes muy significativa. El cierre de oficinas y prejubilaciones, así como la revisión de los riesgos crediticios y la relación de sus servicers, impactará en el mercado inmobiliario.
La entidad resultante generará una cartera de oficinas cercana a las 6.300 oficinas: en concreto, 4.012 provienen de CaixaBank y 2.267 de Bankia. Un informe de Exane BNP Paribas señala que el 50% de las oficinas de Bankia podrían cerrarse y los servicios centrales podrían reducirse sustancialmente.
Para Moody’s, el grupo resultante daría lugar al mayor banco por activos en España, alcanzando un valor de unos 640.000 millones de euros y representando el 25% del total de activos del sistema financiero nacional, con una plantilla conjunta de 51.500 empleados (35.700 de CaixaBank y cerca de 16.000 de Bankia), para lo que descuenta una reducción ‘sustancial’ de la estructura de costes.
Dónde habrá más espacio de oficina libre
Para Barclays, el solapamiento de oficinas tiene lugar, sobre todo, en Madrid y la Comunidad Valenciana (con un 36% y un 32%, respectivamente). Barclays ha recordado que, en procesos de adquisición anteriores, CaixaBank ha cerrado el mismo número de oficinas que ha adquirido (al cierre de junio, Bankia tenía en España 2.267 oficinas y CaixaBank 4.012 oficinas).
Desde el sindicato UGT estiman que el 27% de las oficinas de ambas entidades coinciden en ubicación, y que podría producirse el cierre de 1.500 oficinas, en el entorno del 25% de la cartera total. El coste de los despidos podría superar los 2.500 millones de euros.
La firma Analistas Financieros Internacionales (AFI) considera que en términos de concentración de oficinas, los incrementos más significativos en el momento inicial de la fusión los presentarían la Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia, territorios con mayor potencial de registrar cierres de oficinas y de generar sinergias.
Morosidad
A 30 de junio, en plena pandemia, la ratio de morosidad —el porcentaje de créditos dudosos sobre la cartera total— de CaixaBank era del 3,5% frente al 4,9% de Bankia. Las tendencias, sin embargo, eran ligeramente contrapuestas: mientras la catalana empeoró una décima respecto a seis meses antes, la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri mejoró sus cifras una décima porcentual.
Las entidades suman un volumen de créditos de más de 363.000 millones de euros, de los que 243.000 corresponden a Caixabank y 120.000 a Bankia. El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri no desglosa, en sus cuentas del primer semestre de 2020, cuánto son hipotecas, pero también serán líderes con la suma, porque sólo la entidad catalana tiene cerca de 87.000 millones.
No obstante, existe un mayor peso de crédito hipotecario y garantía real en Bankia (55% del total de la cartera de crédito bruta en el primer semestre, frente al 35% de Caixabank), mientras que en crédito a empresas y consumo CaixaBank aportará más, con un 47% del total de la cartera de crédito bruta frente al 39% de Bankia.
En total, las dos entidades suman más de 350.000 millones de euros en crédito a la clientela. Una cifra de la que casi 200.000 millones correspondería a préstamos a hogares y, el resto, a empresas.
La ratio de capital —el principal baremo de la salud financiera de una entidad— también es mejor en el caso de la antigua caja de ahorros catalana, aunque ambas están por encima de los umbrales mínimos exigidos por los reguladores. Todas las agencias coinciden en que la operación contará con el visto bueno del supervisor bancario pero, como señala DBRS, también tendrá que ser analizada por las autoridades de competencia, pues la nueva entidad tendría una cuota de mercado del 26,7% en términos de préstamo en España, seguida de Santander (15,9%) y BBVA (14,4%).
Aún así, la unión de las dos entidades sumará más de 18.500 millones de créditos dudosos más adjudicados, que tendrá un peso de más del 5% de su balance. Para ajustar este ratio por debajo del 4%, nivel previo a la última recesión económica y el que recomienda tanto el Banco Central Europeo, el Banco de España y el mercado, el nuevo grupo deberá deshacerse del 20% de estos activos: CaixaBank tiene mayor número de dudosos y adjudicados que Bankia.
En cuanto a la calidad de los bonos garantizados hipotecarios, Moody’s sostiene que su calidad crediticia “seguirá siendo sólida” tras la posible fusión. En junio, Caixabank tenía 49.500 millones de euros de cédulas hipotecarias en circulación respaldadas por un fondo de cobertura de 85.200 millones de euros, y Bankia 23.500 millones de euros de bonos garantizados hipotecarios en circulación respaldados por un grupo de cobertura de 65.500 millones de euros.
Más comisiones a los servicers
La subcontratación de la venta de los activos tóxicos de los últimos años también experimentará un impacto; Lone Star y Cerberus pasarían a controlar el mercado de la venta de carteras dudosas de los dos bancos, que sin duda se incrementará tras el paso del coronavirus, por un importe cercano a los 200 millones de euros, según fuentes de mercado. El primer fondo, litigante con la entidad catalana además, controla Servihabitat, vendedor de la cartera de CaixaBank, y el segundo es el propietario de Haya, entre cuyos principales clientes se encuentra Bankia.
Disputa por la sede
En el lado anecdótico, y más político, figura la disputa por la ubicación de la sede. Bankia y CaixaBank tienen en la actualidad su sede social en Valencia, aunque sus sedes operativas están en Madrid y Barcelona, respectivamente. Bankia llevó su sede a la capital de la Comunidad Valenciana desde que se fundó en 2010.
Mientras, CaixaBank trasladó su sede en octubre de 2017, en medio de la gran incertidumbre generada por el proceso independentista de Cataluña.
El Gobierno del banco catalán optó por Valencia por ser la segunda gran ciudad de su estructura coincidiendo con el recrudecimiento del afán independentista, pero el Gobierno de la comunidad catalana hará de nuevo bandera de la reivindicación nacionalista para llevarse la sede a Barcelona.
Litigios
La asociación de consumidores Facua ha recordado que ambas entidades reúnen una alta litigiosidad por la comercialización de sus hipotecas y otros productos financieros con cláusulas que han sido declaradas nulas en los tribunales. A este respecto se ha referido a la multidivisa de CaixaBank tras la absorción de buena parte del conjunto de cajas de ahorro o a las cláusulas suelo en el caso de Bankia.
Además, ha señalado que se trata de las entidades que, en conjunto, mayor número de hipotecas referenciadas al índice IRPH comercializaron, mantienen vivas y son objeto en estos momentos de batalla judicial. A este respecto ha recordado que desde la organización se han presentado sendas demandas colectivas contra Bankia y CaixaBank por el IRPH que se encuentran en distintos momentos procesales.
Según los datos recopilados por Europa Press, CaixaBank tenía a 30 de junio 5.678 millones de euros en préstamos hipotecarios al corriente de pago indexados a IRPH con personas físicas (la mayoría de ellos con consumidores), 382 millones menos que al cierre de 2019.
Por su parte, la exposición de Bankia era de 1.200 millones (100 menos que seis meses antes), a los que se suman otros 1.500 millones de euros al corriente de pago, que corresponden a carteras de préstamos relacionados con medidas de financiación de actuaciones en materia de vivienda y suelo en los que el IRPH no fue pactado entre consumidor y banco, sino que vino impuesto por el marco jurídico del momento de celebración del contrato, como los planes de vivienda de protección oficial.
Bankia cuenta con 173,8 millones de euros en provisiones por litigios, mientras que la cifra asciende a 635 millones de euros en el caso de CaixaBank, según sus últimos informes financieros semestrales;más de 800 millones para ‘pelear’ con los clientes.