El alquiler gana adeptos en España. Los españoles que viven en una vivienda en alquiler alcanza el 24,9%, según un informe de Eurostat del año 2020. El 75,1% vive en una vivienda en propiedad.
La media europea se sitúa en el 69,7% para viviendas en propiedad y 30,3% para alquiler. Esto quiere decir, que en España hay más propietarios que la media de la Unión, a pesar de que se sitúa como el decimotercer país en la lista.
A pesar de situarse por debajo de la media, el arrendamiento ha ganado adeptos en los últimos 10 años. En 2010, solo el 20,2% de las personas vivían en alquiler y está cifra ha ascendido un 4,7%.
España es el tercer país de Europa en el que más ha caído el número de propietarios, solo por detrás de Dinamarca y Lituania, donde ha descendido un 7,3% y un 5%, respectivamente.
Internacional
Suecia y Alemania son las naciones donde más predomina el alquiler, un 57,7% y un 49,6%, respectivamente. En esta lista también figuran Austria, con un 44,7%; Dinamarca con un 40,7%; y Francia, con un 36%.
Por el contrario, los países donde más propietarios hay son Rumania, donde el 96,1% tiene un inmueble; Eslovaquia, con un 92,3% de propietarios; y Croacia, con un 91,3%.
Precios
El precio de la vivienda ha crecido, de media, un 3% durante 2021, hasta situarse en 2.551 euros por metro cuadrado. Este aumento ha sido empujado por el alza en la obra nueva, a causa de una alta demanda de este tipo de producto.
Las Islas Baleares es la única comunidad autónoma cuyos precios han subido por encima de 4%, concretamente un 4,1%. Madrid y Barcelona se sitúan por encima del 3%.
Juan Fernández-Aceytuno, consejero delegado de Sociedad de Tasación, explica: «Es destacable mencionar que se ha roto la sincronía a nivel mundial que estos últimos años veníamos observando en el sector residencial. Después del shock pandémico de demanda, algunas dudas, de una recuperación en V de la actividad y de continuidad de precios en 2020, hemos pasado en 2021 a observar cómo Estados Unidos y algunos países europeos han reportado crecimientos preocupantes de actividad y del precio la vivienda, hasta tal punto que el FMI y el BCE han enviado ya señales de alerta hacia el sector».